miércoles, 21 de octubre de 2009

LAS VACUNAS, EL DERECHO A NO SABER

Como si de un proceso terminal se tratase, en el que todo paciente tiene el pleno derecho a no saber su estado de salud, así está siendo tratada esta semana en prensa la polémica sobre la vacunación de la gripe A/H1N1.
Las verdades absolutas no existen, sobre todo si estamos hablando de seres vivos. Cuando a mediados del siglo pasado se descubrieron los antibióticos más de uno se las vieron muy felices y preconizaron el final de las enfermedades infecciosas, dándole preferencia a otras como las cardiovasculares o el mismo cáncer. 50 años después observamos que enfermedades como el SIDA o la tuberculosis siguen en pleno vigor, siendo las responsables de la cuarta parte de todas las defunciones a nivel mundial. La razón de ello hay que buscarlo en la gran capacidad que tienen los microorganismos de reproducirse y adaptarse al medio mediante mutaciones genéticas. Eso nos obliga a estar siempre un paso por delante buscando nuevas terapias. Los virus tienen el agravante de que son parásitos obligados, con un metabolismo prestado, viviendo dentro de nuestras propias células y por tanto lejos del alcance de las terapias convencionales, los antibióticos. Surgen entonces los antivirales, pero sobre todo las vacunaciones como medidas necesarias.
Más de 10 enfermedades son prevenibles a través de la vacunación. La viruela se logró extinguir y la polio va camino de ello. Sin embargo, la vacunación, cómo todo, no está exenta de efectos secundarios. Todos los medicamentos tienen efectos secundarios perfectamente descritos en sus prospectos, sin embargo, con frecuencia, no deseamos leerlos. Estos efectos secundarios ocurren, pero en ningún caso lo hacemos extensibles a toda la población, sino que valoramos el balance riesgo-beneficio. Sin embargo, tampoco se debe banalizar el proceso de la vacunación. La inmunología es toda una ciencia, extraordinariamente compleja. Hoy en día está en plena investigación las interrelaciones entre el sistema inmunológico y el nervioso y por todos es sabido que el cerebro es el gran desconocido. Forzar a nuestro sistema inmunológico a trabajar a destajo no puede ser conveniente, o por lo menos genera una incertidumbre que se ha de valorar. Por ello, creemos que las vacunaciones deben reservarse para aquellos casos cuya gravedad, o el interés público, así lo requiera. La polémica surge cuando por una supuesta necesidad pública se intenta coartar la libertad individual haciendo estas vacunaciones extensibles y obligatorias a toda la población. Si es por la incertidumbre que genera la vacunación, o si es por la propia idiosincrasia del pueblo anglosajón, lo cierto es que más de la mitad de los trabajadores de la salud en EEUU se niegan a vacunar. Es muy probable que la desconfianza que generan los intereses económicos y las medidas de presión de la industria farmacéutica en una sanidad mercantilizada como la americana tenga mucho que ver.

3 comentarios:

Almudena dijo...

Lo único que me faltaba, con la obsesión por regularizarlo todo, y tenernos controlados, es que nos obligaran a vacunarnos. Conmigo que no cuenten

Dan dijo...

La verdad es que creo que se le ha dado mucha importancia al tema de la gripe A. No creo que tengamos que preocuparnos tanto con el asunto. Esta conclusión la saqué después de ver un vídeo que colgué en mi Blog. Aquí os dejo el enlace por si le quieren echar un vistazo: http://servtodos.blogspot.com/2009/09/gripe-una-pandemia-o-una-mentira.html

No quiero hacer ningún tipo de Banner solo apoyar mi teoría. Gracias.

Unknown dijo...

El artículo es un buen punto sobre la "i". El problema es que a la gripe pandémica se le ha dado (y el hombre rico del norte así lo ha percibido) Una dimensión MÉDICA; pues bien, entre nosotros no es un problema médico, es un problema económico y social. En el tercer mundo ya veremos, de momento por no tener, no tenemos ni datos.
¿Vacunación Obligatoria?, en dos palabras (aquí) IM-POZIBLE. Los que digan otra cosa no son más que agitadores.
¿por qué la monja y otros nos aburren con los ejemplos de lo que pasa o puede pasar en EE.UU.?
En sanidad y asistencia yo no me fijo en lo que sucede en un país subdesarrollado para extrapolarlo al mío.
¿Por qué los sanitarios EE.UU. se están negando a vacunar?, Porque se ha desprovisto de la posibilidad de demandar a los laboratorios o a la Administración en caso de efecto secundario...
El resto es literatura