jueves, 22 de noviembre de 2007

EL ESTRÉS, una responsabilidad compartida


Fisiológicamente hablando, no somos muy diferentes al hombre de las cavernas, pero el entorno sí se ha modificado enormemente. Es una necesidad vital el hecho de que ante una señal de alarma el organismo sepa como reaccionar, es lo que se suele llamar señal de “lucha o huída”. La realidad es que ya no tenemos que defendernos de los osos pero, en cambio, las señales de alarma perduran más en el tiempo y podemos llegar con facilidad a lo que se denomina nuestro “límite de ruptura”.

El organismo humano percibe su entorno a través del sistema nervioso, y éste , a través del sistemas endocrino transforma las señales eléctricas en químicas, las hormonas, que en última instancia son las que hacen las modificaciones necesarias. Cuando nos enfrentamos con un “estresor” se estimula dos vías diferentes del sistema nervioso, el sistema nervioso autónomo o vegetativo, liberando catecolaminas, la “adrenalina” y el eje hipofisuprarenal liberando glucocorticoides ,el “cortisol”. Dependiendo del tipo de “estresor” la liberación hormonal es diferente. Si el estímulo es agradable (euestrés) se libera adrenalina, si el estímulo es desagradable (disestrés) se libera cortisol, de tal forma que una presencia de adrenalina viene a indicarnos la necesidad de rendir y una reducida presencia de cortisol la capacidad de resistir. Por eso se suele llamar al cortisol, la hormona del estrés. Su presencia en sangre o saliva es la que nos va a indicar el grado de estrés.

La salud y el bienestar pueden verse influidos por el trabajo, positiva y negativamente. El trabajo puede constituir un objetivo y dar sentido a la vida, pero si sus atributos son los contrarios pueden , al largo plazo al menos, producir enfermedad, acelerar su curso o desencadenar sus síntomas. Entre los mecanismos patológicos destacan:

· Reacciones emocionales (depresión, ansiedad, hipocondría etc.)

· Reacciones cognitivas (dificultades en concentrarse, recordar, etc)

· Reacciones de conducta (drogas, modificación de la alimentación etc.)

· Reacciones fisiológicas (disfunción neuroendocrina e inmunológica).

Todos estos mecanismos patológicos pueden inducir a la enfermedad como la cardiopatía isquémica,diabetes tipo 2, sindrome metabólico, ictus, accidentes, cáncer pero destacando ,sobre todo, los trastornos musculoesqueléticos y los trastornos depresivos. Se estima que para el año 2020 los trastornos depresivos sean la segunda causa de enfermedad tras los problemas cardiovasculares.

En realidad el estrés puede afectar a casi todos los aspectos de la salud y enfermedad relacionados con el trabajo, aunque también puede estar mediatizado por un “malentendido” emocional o cognitivo que hace que determinadas condiciones sean vividas como amenazantes ,cuando no lo son, o que ciertos signos o síntomas corporales sin importancia se interpreten como síntomas de una enfermedad grave (hipocondría).

La forma de prevenir el estrés se basa en el control del contenido y las condiciones del trabajo, las relaciones sociales, la salud, el bienestar y la productividad. Adjuntamos un artículo de EUFIC sobre las causas de la modificación de la alimentación cuando se produce estrés, consejos publicados en prensa y las guías antiestrés de la UE.

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